No es una falacia afirmar que la verdad siempre duele en la cara y por eso la gente prefiere escuchar mentiras reconfortantes. Aunque muchos lo nieguen, la verdad es incómoda. Recuerdo que de pequeño nos enseñan que “la ropa sucia se lava en casa” para mí es un concepto anticuado sin embargo creo que cuando eres un personaje de la vida pública, tu vida privada casi que no existe.
La senadora y exfiscal, Viviane Morales propuso un cruel referendo para que el país decidiera sí las parejas homosexuales pueden o no adoptar, como sí se le olvidara que su hija es lesbiana –Según lo revelado por su colega Claudia Lopez-Para mi opinión, me pareció más que adecuado de Lopez, sacarle en cara a Morales, lo que evidentemente para mí, es miedo por el “qué dirán” de la orientación sexual de su hija, para mi esta señora sufre de doble moral, y me atrevería a decir que no está haciendo un buen trabajo como congresista, su labor es velar por intereses colectivos.
A mí no me pareció una bajeza lo que tuiteo Claudia Lopez, todo lo contrario: ¡LO APLAUDO! Esta señora, no está haciendo su trabajo como congresista bien. Ella está ahí para apoyar las minorías. Para mi concepto, a ella le da verguenza tener una hija lesbiana, sí bien todas las personas tienen una vida privada, sus respuestas en la entrevista para Las2orillas.co demuestran su homofobia, su imparcialidad, sus miedos y lo antipática que es por la forma como evade las preguntas del periodista. Evidentemente, no es un tema privado que su hija sea lesbiana, porque simplemente no tiene que esconder la orientación sexual de su hija -que no es un secreto-. Considero que es una persona INCOHERENTE en su vida personal y profesional ¿Cómo es eso que su hija es lesbiana y ella propone un referendo para que el pueblo decida sí los homosexuales pueden adoptar? Por otro lado, no me parece que el estilo de vida heterosexual que sea un súper ejemplo de nada, tienen los mismos errores que cualquiera otro tipo de pareja.
El derecho a la adopción de parejas gays era un beneficio para los niños que no tienen hogar pero en Colombia, prefieren dejar contento a todo el mundo y decir: “Pueden adoptar, siempre y cuando uno de los padres sea el biológico del niño”. Para mí, eso significa que no querían quedar mal con la comunidad LGBTI, ni con el moralista y religioso pueblo colombiano.
En conclusión, no nos digamos mentiras: Colombia ni es un estado social, ni es laico, ni es incluyente, ni muchos menos le interesa el bienestar de los niños, sólo le importa adorar a sus santos y ya.
Porque acuérdense: "El que peca y reza EMPATA".
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