Después de un tiempo regreso,
casi siempre retorno aquí para expresar mi indignación e inconformismo hacía la
homofobia. El peor de los males. No existe cosa peor en este cruel mundo que la
intolerancia y el irrespeto que caracteriza a algunos seres humanos. La cruel
forma en la que señalamos y juzgamos a un individuo simplemente por ser
diferente, por pensar distinto y por no seguir a la masa.
Me refiero al caso de Sergio
Urrego, el estudiante que se suicidó en Bogotá, lanzándose desde un cuarto piso
de un centro comercial, su dura batalla termino con su muerte. No entiendo las
razones por las cuáles, un colegio tiene el coraje de meterse en la vida
personal de las personas, no comprendo la razón por la que un docente de la
institución donde asistía Sergio, se sintió con el derecho de revisar el
celular privado, ajeno e intransferible del estudiante, considero una completa
canallada el hecho de observar la pantalla del celular del joven, sí bien el
profesor quiso decomisar el teléfono, no sé por qué se atreve a chismosearlo y
no contento con eso, reportar lo que vio en la rectoría. Sí al maestro le
pareció un pecado debió guadarselo y omitir, su deber es el de enseñar una
asignatura, el compartir experiencias sanas, instruir a sus alumnos, no juzgar que está bien o mal. Lo que hizo el atrevido maestro, la rectora y la institución es reprochable, me da vergüenza.
Este país necesita urgente,
educación sexual desde temprana edad, no puede seguir pasando este tipo de
cosas, aún recuerdo esa sensación que me dio en mi trabajo al leer la noticia
del suicidio, la impotencia que me dio no poder hacer nada más que escribir. Pienso que si el dolor y tristeza me invadió por todo el cuerpo a mí que soy un simple indignado activista gay, ni siquiera quiero
imaginarme lo que esos padres sintieron.
Un joven con toda una vida por delante, decidió acabar con la suya, seguramente como forma de protesta por todo lo que injustamente estaba viviendo. ¿Por qué el ser humano se cree con derecho de juzgar a otro? Afortunadamente, todos somos diferentes.
Ojalá y este hecho doloroso, le sirva de lección a las demás instituciones educativas. La solución no está en separar a las personas, el éxito de la convivencia está en aceptar al otro tal cual como es.
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