Supongo que desde este fin de semana, ninguna persona -independiente de su género- desearía estar en los zapatos de Maira, la popular (no famosa) joven de Becerril, que durante esta semana se viralizó en varias redes sociales, periódicos locales de la región Caribe y algunos nacionales, por ser la protagonista de un video, en el que quedó en evidencia un acto de infidelidad en contra de su marido, al encontrarla familiares de su cónyuge "con las manos en la masa", escondiendo debajo de su cama a su mozo, lo que provocó la furia de los familiares, quien de acuerdo a lo que se alcanza entender del vídeo, su esposo Jhon trabaja en "La Mina" para tenerla a ella, como una reina, porque también se escucha decir, que antes de que él llegará a su vida, "ella era una pobretona", entonces por todas estas razones, los familiares de él (los agresores) decidieron hacer justicia por su cuenta y como sí fuera una escena de telenovela mexicana de los años noventa, la insultan, la agreden, la sacan de su casa, la ridiculizan con el amante (El entrenador del gimnasio del pueblo) y popularizan a esa familia en el caribe colombiano, con tan bochornoso y desagradable show, que no debio más que solucionarse entre la pareja y el tercero (El otro sujeto).
Sin embargo, hasta aquí esto podría ser, más que una simple y jocosa historia de la cotidianidad macondiana de esta zona del país, pero no es así, realmente esta historia podría ser más profunda, porque como sociedad cada vez más juzgamos a las víctimas y justificamos la violencia, conforme al grado de su falla, que determinamos en base a comportamientos sociales y culturales, la mayoría de veces refleja nuestras injusticias, desigualdades e iniquidades.
Confieso, la verdad mentiría sino lo escribo, que cada vez que veo 'Memes' y notas de portales web sobre este suceso, me da un ataque de risa, sin analizarlo desde un punto de vista disciplinar de las ciencias sociales, porque en el fondo, tuve que ver el vídeo dos veces, al sentir la necesidad de observar con detalle, esos rasgos de nuestra identidad, los cuales no representan mayoritariamente a la población costeña y su marcada cultura machista. En uno de los dos videos, se escucha a Maira decir: "que él (su marido) se la hizo primero" y a la otra persona responder que: "Los hombres pueden tener varias mujeres", siendo una pequeña muestra de una cultura machista, patriarcal y conservadora. En este discurso, se da entender que ella no debe (no puede) equipararse ante el rol masculino, empero, los familiares agresores, dan entender que la mujer se superó (Alcanzando un bienestar social integral), porque se casó con Jhon, por consiguiente dejó de ser una pobretona, porque él la convirtió en su humilde ama de casa y le suplía todas sus necesidades.
Sí bien, yo no podría justificar la infidelidad de la mujer, porque considero que es un asunto personal de su vida privada, en el cual no tienen cabida mis opiniones, no puedo aceptar, ni dejar pasar por alto, el trato que le dio la familia del esposo a esta mujer, es inaudito que como sociedad justifiquemos la agresión hacía una mujer, porque esta fue infiel o es considerada como "puta" por sus actos, en los que según ella, su venganza sería como dice el famoso refrán "ojo por ojo, diente por diente". Que tristeza, leer en redes sociales apoyo a estas agresiones verbales y físicas en contra de ella, por no ser la mujer decente, moralmente perfecta y sumisa que exige la sociedad, los patrones le exigen a las féminas aceptarle cualquier cosa a un hombre, porque sí, porque es su esposo y punto, pero cuando esta se revela, reclama igualdad y cambia de rol, no es una dama, es mucho menos digna y ejemplar para los demás. Yo creo que la fidelidad, el respeto y la lealtad, son junto con otros más, los principales valores que hacen que una relación prospere pero como seres humanos, no tenemos derecho de juzgar a nadie, ni criticar sus actos, menos cuando nadie tiene rabo de paja, para acusar y señalar al otro, por lo que hace y no hace en su privacidad.
Yo pienso que la ropa sucia, se lava en casa. Este vergonzoso video nos muestra la cultura machista de nuestros pueblos, pero también una diversa identidad social, que refleja la doble moral de las personas que justifican o defienden estos actos, en mi caso particular, yo estoy alarmada y hasta ofendida, por la forma en que estamos leyendo, interpretando y comprendiendo las vivencias de los demás, por nuestra violencia sistemática que revíctimiza a la víctima y le aplaude a los agresores. Más que criticar, necesitamos reflexionar como sujetos sociales, de forma individual y colectiva.
Finalmente, para este caso podría suponer, que posiblemente Maira cambiará de look, se irá de esa zona del país, tal vez, ni siga con el novio o sin hacer conjeturas, simplemente sea valiente y se quede en Becerril, como forma de asumir sus actos, pero más que afectar la imagen de ella, en ese orden de ideas moralistas, conservadoras y prejuiciosas en contra de una persona, me parece que sí el propósito era ridiculizar y dejar ver, que la chica es una infiel y zorra, pues su esposo siempre será "el cachón" del pueblo y de esta mediática historia, gracias a su familia, porque en esa lógica los afectados socialmente, entonces, fueron los dos. Ojalá y Maira denuncie a estas personas, por las agresiones en su contra, que no va a cambiar nada de lo qué paso, pero posiblemente paguen por los actos violentos e inquisidores.
Hoy hace parte de la agenda de medios, pero seguramente en menos de una semana nadie recordará esto, porque tal vez, aparezca otra noticia sobre Dayana Jaimes, viuda de Martín Elías o quizas, aparezca otra asombrante historia con otros protagonistas, que se convertirá en igual de viral que las otras.
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